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Carta Abierta a mi Hija*

* Publicado en Revista de Psicología - AÑO 1 - Septiembre 2017 - Argentina

Querida Júlia!

Entre las muchas conversaciones que solemos tener, me encanta sobre todo aquellas en las que te veo argumentar sobre la vida, el humano y nuestro mundo. Con apenas 20 años, me revelas lucidez y seguridad. Tú eres seria en tus posicionamientos y te acostumbras a respetar a tus interlocutores. Muy arrojada, siempre has tenido una preocupación por las personas, principalmente aquellas que sufren algún tipo de injusticia. Durante tu adolescencia, no fue raro verte envuelta con problemas particulares de tus amigos, y puedo afirmar, sin duda, que te gusta comprar peleas ajenas. De mi parte, siempre he intentado valorar tus iniciativas y raramente quise colocar ideas listas en tu cabeza. A lo sumo, te traigo cuestiones nuevas - además de las que tu curso de Relaciones Públicas y nuestra media ya plantean. Pero quizá por los últimos comentarios que me vienes trayendo, en reflexiones sobre esa "dignidad humana", he decidido hablar abiertamente de lo que siento y de lo que pienso - que puede ser una ayuda en tu movimiento de construcción profesional y personal.

Después de mucha propaganda mía, tuve el placer de verte leer con entusiasmo, gusto y emoción, el maravilloso, Olhai os lírios do campo [Mirad los lirios del campo][1], del nuestro queridísimo Érico Veríssimo. Obra que nos deja siempre apasionados por el estilo de la narrativa y el enorme espíritu humano de su autor, veo que el texto te ha tocado profundamente -como a mí, décadas atrás. Te veo a hablar en los personajes como gente conocida nuestra: personas que parecen estar ahí por la vecindad - y posiblemente estén, de hecho. Como siempre lo hacemos (con libros, películas y espectáculos de teatro que vemos juntos), aquí estamos discutiendo. Y hoy la reflexión parece estar a flor de piel. Desde el final de la lectura, te veo a comentar el texto; y te indignas y me traes propuestas sobre la Salud en nuestro país - ya que él, Érico, trata en este libro sobre la medicina y del trabajo de los profesionales junto a las clases más desasistidas. ¿Y qué me dices? Hablas en "socialización de la medicina".

Me traes un discurso - extraído de otro texto - en el que el punto más contundente es la afirmación de que “el día en que la medicina esté socializada, sólo seguirán la profesión médica los que tengan verdadera vocación. Veríamos médicos con espíritu médico…”

¡Cuidado! Tal vez por las maneras en que nuestra clase media trata esta cuestión, y por la verdadera avalancha de absurdos que nuestros medios profieren, tu discurso y tus argumentos van a ser condenados y tú te sientas un poco excluida (como herética en medio de verdades absolutas). Sin embargo, aquí está este otro loco, para el cual la cara fea y la reprobación de las personas no constituyen ninguna tragedia. Y, aun comulgando con tus ideas, voy aún más lejos. Después de todo, usted no va a ser médica, y tal vez la medicina no sea el único campo en que la justicia social pueda ser evocada. Por lo tanto, permítame, querida.

Tú estás, así como millones de jóvenes de tu edad, preparando un futuro. Pero, ¿será un futuro tuyo? ¿Solo tuyo? Estás estudiando, viajando por el mundo, aprendiendo, descubriendo. . . Pero te pregunto: ¿eres el centro de las inversiones personales y hasta económicas que vienes haciendo? Aún más: ¿es razonable que así sea? ¿A quién puede interesar tus estudios y tu futura profesión?¿El gran ejecutivo que te entrevista - y para quien tú tratas de cuidar en tu apariencia, en tu inglés y en tu discurso - es el único interesado en tu competencia y en tu futura excelencia?

Es posible que no hayas reparado, pero el barrendero de calle que limpia el camino por donde tú caminas hacia la realización profesional, el auxiliar de cocina que se esmera para que tú comas bien y te fortalezcas en tu epopeya (ojalá vencedora)y incluso el caminante que pide limosna – y que deja siempre un porcentaje de su poco dinero(que recibe de la gente en la calle) como impuesto indirecto -, están todos financiando tus estudios y tu preparación para los flashes del éxito. La palabra socializar puede representar mucho más que la vieja y desgastada idea de distribuir lo que unos pocos bien dotados (social y económicamente) producen a aquellos que nada tienen. ¡Esto es falso! Socializar puede tener el significado de devolver un bien a quien tenga derecho a él, entregar a quien pagó aquello que ahora le pertenece. Socializar puede ser el mismo que hace que el ciclo se complete -y no permanezca pendiente y desequilibrado.

Entonces, si me permites, tu anhelo - noble y justo - no se aplica sólo a los médicos. Es cierto que ellos tratan directamente de la salud y tienen como obligación central minimizar el sufrimiento de las personas - pero no sólo de unas pocas personas. Tu profesión y la mía (y de todas las personas, ¿por qué no?) también son vías de justicia e injusticia, libertad y opresión, esclarecimiento y engaño. Si la cuenta bancaria cada vez mayor puede ser el deseo de muchos futuros profesionales como tú- y sé que no hay crimen en alguien pensar y querer esto -, la construcción de un mundo menos injusto puede ser también una aspiración válida. Otro escritor muy querido, Vinícius de Moraes[2], ha dicho que, para vivir un gran amor, hay que “saber ganar dinheiro com poesia; não ser um ganhador” [saber ganar dinero con poesía, no ser un ganador].

Así, aunque tus lecturas puedan ser de altísimo nivel y tus maestros, algunos de los mejores del país, quien sabe que no es interesante mirar el texto escrito diariamente por esa gente que sufre, cree en una vida más digna y en un futuro posiblemente tan sabroso como lo qué programas para ti. Ojala tu calidad pueda construir no sólo una buena cuenta bancaria (para ti), sino un saldo social menos indigno como el que hemos visto todos los días. ¿Qué piensas de esto? ¿Cómo tu trabajo podrá crear riquezas que sean apropiadas por más gente además de ti y de tus patrones? Y, sobre todo, ¿qué rumbos puedes dar a tus estudios para que ese camino sea posible? ¿Exagero en los cuestionamientos?

Estas palabras son para que tu pienses, hija, como siempre. Tu vida es una elección tuya. Tu mundo será tu obra. Aquí están sólo algunas de las provocaciones de este viejo compañero de las horas de cariño y atención. ¡Cuestiones! Obstáculos a las certezas. ¡Por supuesto!, si todos aquellos que sufren pudieran elegir, seguramente optarían por cambiar radicalmente las verdades de los medios, de las religiones y de las instituciones – las que buscan solamente justificar el mundo dado. Además, cuando tenía su edad, en la universidad, yo he leído un librito cuyo título era Tesis sobre Feuerbach, donde el autor (K. Marx) decía que “los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.

¡Besos de papá!

João Luiz Muzinatti

[1] http://www.sopadelibros.com/book/mirad-lirios-campo-erico-verissimo

MIRAD LOS LIRIOS DEL CAMPO es la novela más famosa y más difundida de Erico Verissimo, de enorme interés humano y estilo sencillo y ameno. Fue reeditada en incontables ocasiones y llevada al cine en Argentina en 1947 por Ernesto Arancibia, con Irma Córdoba y Francisco de Paula en los roles protagónicos. Autor: ERICO VERISSIMO Título original: Olhai os Lírios do Campo Género: Narrativa Editorial: EDICIONES TUPA Fecha de publicación: 1938 Fecha de edición: 1955

Eugenio Fuentes, médico, recibe un llamado que le recuerda a su único y verdadero amor, Olivia, y que le hace recapacitar sobre su vida: tiene posición social, renombre, dinero, comodidades... Y no obstante, no es feliz.

Es, para Eugenio - un hombre envenenado por el resentimiento y la miseria, y que cayó en la trampa de creer que el dinero lo soluciona todo - un punto de inflexión en su vida; un punto en el que, quizás, haya llegado la hora de reanudar la lucha interior contra su sentimiento de inferioridad.

[2] Músico brasileño. La canción es “Para viver um grande amor”

João Luiz Muzinatti

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